miércoles, 5 de junio de 2013

Manuel Malaver: ¿La libreta de racionamiento?… Ya llegó

Manuel-Malaver-610x250No es que tras cada crisis de desabastecimiento el gobierno no haya inventado alguna fórmula para racionar la venta de productos, sino que ahora, aparte de hacerse habitual, se inclina a dotarla de una suerte de tecnología. Esa, por lo menos, es la información que nos llega de la gobernación del estado Zulia, vía el diario “Panorama”, cuyo Secretario de Gobierno, Blagdimir Labrador, acaba de anunciar que se implementará en los automercados “un nuevo sistema automatizado para evitar la compra de un mismo producto, el mismo día y aunque sea en supermercados diferentes”. En otras palabras, que la escasez se acerca al extremo en que no puede ser aliviada sino determinando cuál es la cantidad de productos que necesita la gente para un “mal vivir” y eso si el gobierno tiene los dólares para importar y consigue países que tengan excedentes para vendérselos. Y así llegamos al extremo de que, si no se disponen de dólares, ni se consiguen productos en el exterior, el camino no puede ser otro que la instrumentación de la libreta de racionamiento cubana que ya dura 54 años. Mediante la misma el Estado “socialista” determina cuánto y qué necesitan una persona o familia para subsistir y las autoridades, “en su infinita bondad”, se dedican semana a semana, o mes a mes, a suministrárselos. El problema es que, como la provisión de productos no depende del aparato productivo agrícola nacional que yace en ruinas, entonces hay que buscarse una fórmula para que otros países los aporten vía subsidios, o simplemente dádivas. En la Cuba de antes de la aparición de Chávez, ese rol lo cumplió la exUnión Soviética, pero después fue asumido por el “centauro de Sabaneta”, que a sí mismo se hacía llamar “Don Regalón”. El problema es que Venezuela, al igual que la exUnión Soviética, por ser países socialistas como Cuba, también terminaron con sus aparatos de producción agrícola colapsados y sin dólares para importar, por lo que la bancarrota se hizo generalizada y la libreta de racionamiento también. Hoy, ya no existe la Unión Soviética, cuyos países en su mayoría se sacudieron las cadenas del atraso socialista y forman parte de las economías emergentes más exitosas del mundo, pero ahí está Cuba en ruinas, atrayendo a su hasta ayer financista Venezuela, sin aparato productivo y petrodólares para importar comida, por lo que, su hundimiento en la hambruna y el desabastecimiento, será pronto una realidad.

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